La viróloga Pilar León Rega autora de numerosas publicaciones ha elaborado una magnífica presentación sobre la nueva gripe. Me parece muy interesante y formativa.
La podéis ver y descargar en Calameo y en Slideshare (cortesía de David Pérez).
Pilar es Licenciada en Ciencias Químicas (Bioquímica) y Doctora en Medicina (Microbiología), y ha trabajado durante 20 años en el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (Majadahonda). Su trabajo ha sido esencialmente en el terreno de la Virología Médica, y durante 15 años ha estado a cargo de la Unidad de Hepatitis Víricas del Centro. Se retiró en 2002, y ahora mantiene cierta actividad profesional como consultora en los temas de su experiencia
Destacaría el análisis de la experiencia del invierno austral y en particular de Australia, (no se como evitar que sea redundante) pero también los datos disponibles de España y otros países.
- Es un virus diferente (ver detalles de su composición en la propia presentación)
- Su virulencia es más baja que el estacional
- Los agoreros que especulan con mutaciones y aumentos de virulencia son eso, vulgares especuladores sin fundamento científico. Una lectura rigurosa de los datos disponibles de la pandemia de 1918 desmontan la leyenda urbana de una «segunda vuelta» más virulenta.
- Dado que el subtipo H1N1 fué el predominante hasta el año 57, y la primera infección gripal que sufrimos en la vida nos confiere cierta inmunidad frente al mismo subtipo, esta gripe afecta mayoritariamente a menores de 50 años. (en el año 1977 hubo una pandemia de H1N1 llamada gripe rusa, que afectó a menores de 25 años)
- El virus desplaza a los otros virus de la gripe, de manera que no se ha dado un efecto sumatorio: gripe estacional+gripe pandémica.
- La incidencia de gripe en Australia ha sido superior a la de la temporada pasada, pero no mayor que la de 2007 o 2003, por ejemplo.
- Lógicamente, si la incidencia es la misma que en la gripe estacional y los mayores de 50 tienen una razonable inmunidad, la incidencia en adultos jóvenes y niños es mayor.
- Posiblemente el virus nuevo es igual de virulento que la gripe estacional, pero afecta a personas mas fuertes y menos vulnerables, con lo cual las tasas de morbilidad, complicaciones y mortalidad son menores.
Pero dejemos que la autora haga el resumen:
En 2009 ha comenzado a circular una cepa de virus de la gripe del subtipo A/H1N1 que proviene del linaje porcino y que es significativamente distinta de las cepas del linaje humano conocidas hasta ahora.
El virus afecta principalmente a niños y jóvenes, y causa una enfermedad que no se diferencia en nada de la gripe convencional y que origina una mortalidad baja.
Los ancianos son en su mayoría resistentes a la infección. Este hecho tiene una explicación conocida, y supone que una gran parte de las personas más proclives a desarrollar enfermedad grave por causa de la gripe no van a enfermar durante la epidemia que este nuevo virus pueda producir.
Por lo que sabemos a día de hoy, no parece probable que la circulación del nuevo virus vaya a producir epidemias de gripe de especial intensidad durante el próximo otoño-invierno en el Hemisferio Norte.
Las predicciones relativas a un posible aumento de la virulencia del virus con vistas al próximo invierno son meras especulaciones basadas en suposiciones sobre cuestiones no probadas, y no merecen otra consideración.
Después de la pandemia de 1918, hemos vivido dos pandemias de gripe causadas, a diferencia de la actual, por virus de subtipos completamente nuevos, y ese evento nunca se observó.
No se aprecia ninguna razón para que la política sobre uso de antivirales en el tratamiento de la gripe deba ser diferente de la que se haya seguido hasta ahora. Sí se habrían de explicar, en todo caso, los cambios que se introduzcan.
La vacuna específica frente a este virus debe reservarse a la protección individual de las personas en riesgo de desarrollar enfermedad grave, quizás incluyendo también a las mujeres embarazadas sanas.
La evidencia indica que la vacunación generalizada de la población no modifica positivamente el curso de las epidemias de gripe. No hay razón, a día de hoy, para que los niños sanos y los jóvenes sanos sean vacunados frente a este virus.
Lo único que hay que temer con vistas al otoño-invierno es el efecto que pueda tener sobre el comportamiento de la gente el miedo que haya podido generar la confusa y especulativa información que se ha transmitido desde algunos organismos internacionales, causa principal del alarmismo de los medios de comunicación.
Y la mejor arma preventiva es, por consiguiente, proporcionar y difundir información clara y bien documentada.
Si la que proporciona esta presentación te parece que lo es:
POR FAVOR, DIFÚNDELA
Le harás un bien a la Salud Pública
Aquí la puedes ver:
Gracias Pilar